El calamar no es más que un tipo de calamar más pequeño, aunque en muchas zonas de España existe la costumbre de utilizar ambos términos indistintamente. Sin embargo, ambos son alimentos de gran consumo en toda nuestra geografía, con especial arraigo en Andalucía y el norte, como el País Vasco.
Mientras que los calamares generalmente se cocinan cortados en rodajas, los calamares, al ser más pequeños, se preparan enteros. Así, es un producto que se adapta al hierro y que combina bien con el limón. Aunque también se acompaña de salsa verde o su propia tinta.
El calamar no destaca por su alto valor energético, pero sí por su contenido en proteínas. La alta presencia de proteínas hace de este un alimento recomendado para deportistas ya que permite el desarrollo y recuperación de la musculatura.
Por otro lado, es un molusco rico en calcio y fósforo, fundamental para el mantenimiento de huesos y dientes sanos.