febrero 03, 2022 5 lectura mínima 0 Comentarios

No sabemos que tienen los lugares con advocación a San Cibrán, pero cuando estás en uno de ellos te das cuenta que la historia y las leyendas rebosan por las cuatro esquinas. Quizás tenga algo que ver que esta devoción a San Cibrán sea una de las más antiguas de Galicia, quizás…
Lo cierto es que a este Alto de San Cibrao que se alza a 914 metros sobre el nivel del mar, llegamos por casualidad en busca de un área recreativa. Vimos una señal que indicaba “romería de San Cibrán” y ya no lo dudamos. Arriba nos esperaba un lugar legendario; una ermita con signos milenarios, restos romanos, sepulcros medievales, una necrópolis megalítica, templos rupestres, una intensa lucha por la cristianización y un mirador con vistas espectaculares, casi nada.
Capilla de San Cibrao
Como decimos, este Alto de San Cibrao rezuma historia en cada una de sus piedras. Y no es raro, pues su emplazamiento en esta Serra de Monte Calvo es único.
El alto de San Cibrao, concretamente el lugar que ocupa la capilla, es marco divisorio de cuatro concellos y hasta cinco parroquias: Berredo (San Miguel) y Pardavedra en el concello de A Bola, Guillamil en Rairiz de Veiga, Seoane en Allariz y Corvillón en A Merca.
Cruz
Mirador del Alto de San Cibrao
Único es también por su dominio visual, algo que seguramente atrajo a diferentes pueblos a lo largo de la historia. Desde lo alto podremos abarcar amplias zonas de Terras de Celanova, así como la villa de Celanova o la torre de Vilanova dos Infantes. No se nos escapará la comarca de A Limia, tampoco A Baixa Limia, Allariz, O Ribeiro… Y es que por ver, también veremos la ciudad de Ourense, las montañas de Parque Natural Baixa Limia Serra do Xurés o el Parque Nacional do Geres en Portugal.
La verdad, es que describir lo que desde aquí podremos ver desde este alto de San Cibrao y sus miradores nos podría llevar mucho tiempo…
Mirador hacia Terras de Celanova
Capilla de San Cibrao
No es raro, ni poco habitual ver una capilla en lo alto de las cumbres. Tampoco es raro que su emplazamiento no sea por casualidad y su verdadera función sea cristianizar posibles ritos paganos milenarios. Su situación aquí lo demuestra. Y a la vista de sus piedras podremos notar claramente que esa lucha por sacralizar este lugar se pierde en los siglos. Lo más sobresaliente en su exterior es la fabulosa doble ventana geminada de una sola pieza cuya antigüedad parece remontarse a épocas visigodas.
Ventana geminada visigótica
Debemos fijarnos bien en las piedras que forman los muros de la iglesia de San Cibrao, pues guardan grandes secretos. En ellas encontraremos hasta cuatro inscripciones de diferentes épocas. La más reciente está sobre el dintel de la puerta y nos habla de una reparación en el año 1987. Sobre ella, otra más antigua también se refiere a otra reedificación. Además de esta, tendremos una ilegible de posible origen romano y otra más probablemente contemporánea que nos habla de un ermitaño. Esta última, se grabó sobre una gran y curiosa piedra que forma el arranque del muro sur. Estas letras son semejantes a otros grabados diseminados por el alto.
¿Miliario romano?
Su interior también guarda algún secreto y muy curiosas son sus piedras cilíndricas junto al altar que asemejan dos miliarios romanos y que además son piedras rituales.
A la vista está que la capilla de San Cibrao ha sufrido numerosas modificaciones e incluso ampliaciones, bien se aprecian en sus piedras. Lo más probable es que el origen del templo original se pierda en la alta edad media, pero no es descartable alguna construcción anterior.
Pero… ¿Cuál era el motivo de la construcción de la ermita en este alto de San Cibrao?
Necrópolis alto medieval
Basta con girar la cabeza y observar los restos de piedras esparcidas por las cercanías. A solo unos metros tenemos una necrópolis alto medieval y una necrópolis megalítica milenaria. 
A unos metros de la iglesia encontraremos un recinto cuadrangular protegido con una verja que guarda dos supuestos sepulcros sobre los que hay dos losas de piedra con marcas que parecen hechas por canteros para cortar la piedra, aunque con ligeras diferencias. 
Necrópolos medieval
Cuenta la tradición que allí están enterrados los fundadores de la ermita, uno de ellos llamado Cibrán, que en principio nada tiene que ver con el santo.
Menhir
Necrópolis megalítica
En los alrededores de la capilla de San Cibrao veremos varias piedras hincadas y otras disposiciones que nos recuerdan a ortostatos de uno o varios dólmenes, y probablemente lo sean. Muchas de ellas presentan cruces cristianas grabadas.
Y es que en este alto existe una necrópolis megalítica en donde destacamos los restos de dos mámoas que aún conservan varios ortostatos y que han sido excavados años atrás. Son las Mámoas dos Chaos.
Dólmen del alto de San Cibrao en A Bola
Además, existen otras piedras hincadas que podrían pertenecer a estos monumentos funerarios milenarios. Algunos autores sostienen que alguno podría ser un menhir y que estaría alineado astronómicamente con la capilla mozárabe de San Miguel de Celanova.
Cristianización
Como comentamos, en el alto de San Cibrao de A Bola, existe una intensa lucha entre el culto pagano y el cristianismo. Por ello, además de la capilla, veremos cruces en diversas piedras hincadas de siglos atrás, inscripciones contemporáneas procurando recuperar tiempos paganos y grandes cruces de los años 80 para zanjar el asunto. Alguna de ella, sobre una roca más que curiosa que cuenta con una inscripción reciente que habla de un “santuario pagano”.
Área Recreativa
El último fin de semana de agosto y el 16 de septiembre se celebra una romería en alto de San Cibrao. Por ello tenemos varias mesas, barbacoas y una fuente.
Antenas de comunicación
Dadas las virtudes geográficas del lugar, ya hace años que el alto fue aprovechado para la instalación de varias antenas y aparatos de comunicaciones, así como para una caseta de observación.
Antenas del Alto de San Cibrao
Cómo llegar al Alto de San Cibrao
Existen varias formas de llegar al alto de San Cibrao, pero desconocemos el estado de las pistas que comunican el alto. Nosotros lo hicimos desde la aldea de Vilar, en A Bola. Desde allí seguimos una indicación que nos realizaba las antenas y luego otra que nos hablaba de la “romería de San Cibrao”.
A partir de ahí comienza una pista de tierra que debemos seguir durante más de 2 km. Aunque daba muestras de una reciente rehabilitación, el camino no era una autopista precisamente. Así que, cuidado con el tipo de vehículo que usáis. 
Para saber mucho más
Os dejamos dos enlaces para profundizar más en este lugar, sus leyendas y ritos. No os los perdáis. TODO ESTRAIDO DE  https://www.galiciamaxica.eu/