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Las gambas al ajillo se han convertido en una de las recetas tradicionales de la gastronomía española que es preparada en todos los rincones de la geografía nacional, especialmente en el sur de la península.
Es un plato tan espectacular que es raro, que al entrar en un bar o en un restaurante y ver su carta, no encontremos su sabroso plato
Lo primero que hacemos es pelar las gambas. Después, las ponemos a escurrir en una fuente con rejilla. Pelamos y picamos los dientes de ajos en láminas, la guindilla la troceamos y el perejil lo más fino posible.
Ponemos una cazuela a fuego medio, le ponemos un chorro de aceite y cuando esté caliente el aceite, le añadimos los ajos, la guindilla y dejamos que cojan color. Añadimos ahora, las gambas, las salpimentamos y las mantenemos en el fuego hasta que se haya reducido el líquido que sueltan estas y que estas empiecen a adquirir un tono dorado.
Hecho esto, añadimos el vino y lo dejamos reducir unos minutos.
Bajamos el fuego a muy lento y le añadimos el brandy. Flameamos el alcohol y meneamos un poco la cazuela hasta que se apague, rehogamos y mezclamos bien unos minutos.
A continuación las emplatamos en una cazuela de barro y empolvamos con perejil picado por encima. Y listo para comer.
